El mediador es el intermediario entre la lectura, la historia, la poesía, la canción, la cultura, es decir: el mundo y el niño. Su rol es el de despertar la curiosidad sobre el mundo. Cuando leemos, cantamos, contamos para nuestros chicos los estamos incluyendo en el mundo social y en el mundo cultural dándoles herramientas para habitar de determinada manera el mundo. Les mostramos y transmitimos nuestro sistema de creencias, de ideas, de valores sobre las cosas. Estos sistemas los hemos recibido, heredado de quienes estuvieron a cargo de nuestra crianza (el bagaje privado) y de lo que fuimos acopiando en nuestro recorrido lector (el bagaje colectivo) y así es como formamos parte de la cultura, así es como pertenecemos a ella.
Laura Devetach dice: “Cada uno de nosotros fue construyendo una textoteca interna armada de palabras, canciones, historias, dichos, poemas, piezas del imaginario individual, familiar y colectivo. Podemos decir que en cada persona hay muchos textos, que la unión de los textos de muchas personas arman los textos de una familia, de una región, de un país”